Las crisis de pánico son episodios de ansiedad intensa y repentina que pueden ser aterradores y debilitantes. Durante una crisis de pánico, una persona puede experimentar una sensación abrumadora de miedo o terror, acompañada de síntomas físicos como sudoración, palpitaciones, temblores y dificultad para respirar.
Estos episodios pueden ocurrir sin una causa aparente, y pueden durar varios minutos o incluso horas.
Las crisis de pánico son un tipo de trastorno de ansiedad, y pueden ser un signo de un trastorno más amplio, como el trastorno de pánico. Es importante buscar ayuda médica si se experimentan síntomas de crisis de pánico con frecuencia, ya que pueden afectar significativamente la calidad de vida y pueden ser un signo de un trastorno de ansiedad subyacente.
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¿Qué es una Crisis de Pánico?
Una crisis de pánico es un episodio intenso de miedo o ansiedad que puede ocurrir de repente y sin una causa aparente. Durante una crisis de pánico, las personas pueden experimentar síntomas físicos y emocionales extremos, que pueden hacer que se sientan como si estuvieran perdiendo el control o muriendo.1
Los síntomas físicos comunes de una crisis de pánico, pueden incluir:
- Sudoración
- Palpitaciones del corazón
- Temblores
- Sensación de ahogo o falta de aire
- Dolor en el pecho
- Mareo o desmayo
- Náuseas
- Escalofríos
Los síntomas emocionales pueden incluir:
- Miedo intenso
- Terror
- Sensación de irrealidad
- Sensación de separación del cuerpo
- Pensamientos catastrofistas
Las crisis de pánico son a menudo inesperadas y pueden durar de unos pocos minutos a más de una hora. Pueden ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar, incluso durante el sueño.
Causas de una crisis de Pánico
La causa exacta de una crisis de pánico no siempre es clara, pero se sabe que es el resultado de una combinación de factores biológicos, psicológicos y ambientales.
Algunas de las causas más comunes incluyen:
- Trastornos de ansiedad: Las personas con trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno de estrés postraumático y el trastorno de pánico, tienen un mayor riesgo de experimentar crisis de pánico.
- Estrés: El estrés crónico o agudo puede desencadenar una crisis de pánico en algunas personas.
- Factores genéticos: La genética puede desempeñar un papel en la aparición de trastornos de ansiedad y, por lo tanto, en la probabilidad de sufrir una crisis de pánico.
- Alteraciones en el cerebro: Algunas investigaciones sugieren que las personas con trastornos de ansiedad pueden tener cambios en las áreas del cerebro que regulan la respuesta al estrés.
- Consumo de sustancias: El abuso de sustancias, como el alcohol y las drogas, puede aumentar el riesgo de sufrir una crisis de pánico.
- Enfermedades médicas: Ciertas enfermedades médicas, como problemas cardíacos, respiratorios y neurológicos, pueden aumentar el riesgo de crisis de pánico.
- Trauma emocional: La exposición a situaciones traumáticas o estresantes puede aumentar el riesgo de crisis de pánico.
Es importante tener en cuenta que no todas las personas con estos factores de riesgo experimentarán una crisis de pánico. Cada persona es única y puede responder de manera diferente a los estresores y desencadenantes.
Diagnóstico de la Crisis de Pánico
El diagnóstico de las crisis de pánico se basa en los síntomas que experimenta la persona durante los episodios de ansiedad intensa. No existe una prueba de laboratorio específica para diagnosticar las crisis de pánico, pero los médicos y los profesionales de la salud mental pueden utilizar una variedad de herramientas para evaluar los síntomas y descartar otras posibles causas.
El diagnóstico generalmente se realiza después de una evaluación exhaustiva de los síntomas, la historia clínica y la evaluación física y psicológica. El profesional de la salud puede hacer preguntas sobre los síntomas que experimenta la persona, como la frecuencia, la duración y la intensidad de las crisis de pánico. También pueden realizar una evaluación física para descartar cualquier problema médico que pueda estar contribuyendo a los síntomas.
El diagnóstico de las crisis de pánico también puede implicar la evaluación de otros trastornos de ansiedad o afecciones psicológicas, como el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno de estrés postraumático o la depresión.
En algunos casos, los médicos pueden recomendar pruebas de diagnóstico adicionales, como un electrocardiograma (ECG), para descartar problemas cardíacos que pueden estar causando síntomas similares a los de las crisis de pánico.
Es importante buscar ayuda médica si se experimentan síntomas de crisis de pánico con frecuencia, ya que pueden afectar significativamente la calidad de vida y pueden ser un signo de un trastorno de ansiedad subyacente. Un profesional de la salud mental puede ayudar a evaluar los síntomas y recomendar el tratamiento adecuado para abordar el problema.
Tratamiento de una Crisis de Pánico
El tratamiento de una crisis de pánico depende de la causa subyacente y la gravedad de los síntomas.
Aquí te presento algunas opciones de tratamiento comunes:
- Terapia cognitivo-conductual: La terapia cognitivo-conductual es una forma efectiva de tratar trastornos de ansiedad, incluyendo el trastorno de pánico. Se centra en identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento que pueden contribuir a los síntomas de ansiedad.
- Medicamentos: Los medicamentos antidepresivos y ansiolíticos pueden ser útiles para reducir la intensidad y frecuencia de las crisis de pánico. Es importante trabajar con un médico para determinar qué medicamentos pueden ser más efectivos y seguros para cada persona.
- Ejercicio regular: El ejercicio regular puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés en general, lo que puede disminuir la frecuencia y gravedad de las crisis de pánico.
- Técnicas de relajación: La meditación, la respiración profunda y otras técnicas de relajación pueden ayudar a reducir la ansiedad y el estrés, y pueden ser útiles durante una crisis de pánico.
- Evitar los desencadenantes: Identificar y evitar los desencadenantes de las crisis de pánico puede ser una parte importante del tratamiento. Por ejemplo, si la cafeína es un desencadenante, puede ser útil reducir o eliminar la ingesta de café y otras bebidas con cafeína.
- Psicoterapia: La psicoterapia puede ser útil para abordar los factores emocionales o psicológicos subyacentes que pueden contribuir a la ansiedad y las crisis de pánico.
Es importante trabajar con un profesional de la salud mental para determinar el mejor plan de tratamiento para cada persona, ya que cada situación es única.
Medicamentos para las Crisis de Pánico
Existen varios tipos de medicamentos que pueden ser útiles para tratar las crisis de pánico. Los medicamentos más comúnmente prescritos son:
- Antidepresivos: Los antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN), son medicamentos que se usan para tratar la depresión, pero también se utilizan para tratar los trastornos de ansiedad, incluyendo las crisis de pánico. Los antidepresivos pueden tardar varias semanas en comenzar a surtir efecto completo, por lo que es importante seguir tomando el medicamento según lo recetado por el médico.
- Ansiolíticos: Los ansiolíticos son medicamentos que se usan para tratar la ansiedad y pueden ser útiles durante las crisis de pánico. Estos medicamentos, como el clonazepam o el lorazepam, funcionan rápidamente para reducir la ansiedad y la sensación de pánico, pero también pueden causar dependencia y otros efectos secundarios.
- Beta bloqueadores: Los beta bloqueadores son medicamentos que se utilizan para tratar la presión arterial alta y otros problemas cardíacos, pero también pueden ser útiles para controlar algunos de los síntomas físicos de las crisis de pánico, como la taquicardia y la sudoración excesiva.
Es importante hablar con un médico o un profesional de la salud mental sobre los medicamentos adecuados para tratar las crisis de pánico, ya que cada persona es única y los medicamentos pueden tener diferentes efectos secundarios y contraindicaciones. Además, es importante seguir las instrucciones del médico y no ajustar la dosis o suspender el medicamento sin consultar primero con un profesional de la salud.
8 Consejos y/o Recomendaciones para la crisis de pánico
- Habla con un profesional de la salud mental.
- Reconoce la situación: Reconoce que estás experimentando una crisis de pánico. Recuerda que es una respuesta normal del cuerpo a la ansiedad extrema y que no estás solo.
- Respira profundamente: Practica una respiración profunda y lenta. Inhala lentamente por la nariz y exhala lentamente por la boca. La respiración profunda ayuda a reducir la frecuencia cardíaca y a disminuir la tensión muscular, lo que puede reducir los síntomas de la crisis de pánico.
- Busca un lugar tranquilo: Si es posible, busca un lugar tranquilo donde puedas sentarte y relajarte. Si estás en un lugar público, busca un lugar tranquilo como un baño o una oficina vacía.
- Usa técnicas de relajación: Practica técnicas de relajación como la meditación o la relajación muscular progresiva. Estas técnicas pueden ayudarte a reducir la ansiedad y el estrés.
- Busca apoyo: Si te sientes abrumado, busca el apoyo de amigos o familiares. Si estás solo, llama a alguien por teléfono o habla con alguien en línea.
- No luches contra la crisis: Trata de no luchar contra la crisis de pánico. Acepta tus síntomas y recuerda que la ansiedad no es peligrosa y no te está causando daño físico.
- Evita estimulantes: Evita el consumo de cafeína, tabaco o alcohol durante una crisis de pánico, ya que pueden empeorar los síntomas.